La violencia y la intimidación volvieron a tomar protagonismo en Guadalupe. En esta ocasión, un taller de soldadura fue blanco de un ataque con artefacto explosivo, dejando daños materiales y sembrando el miedo entre los habitantes de la zona. El hecho ocurrió en el pasaje Libertad Mz. D Lote Nro. 12 del Asentamiento Humano Albújar Guarniz en Guadalupe, cuando personal policial que realizaba un patrullaje rutinario escuchó una fuerte detonación. Al llegar al lugar, los agentes constataron que la explosión había ocurrido en un inmueble de un solo piso, construido con material noble y techado con eternit, que funciona como taller de soldadura. La explosión provocó daños significativos en la ventana del taller, incluyendo vidrios rotos y un protector de fierro descentrado y roto. Aunque afortunadamente no hubo víctimas mortales ni heridos, el impacto psicológico en la comunidad fue considerable, especialmente para los
Wilson Mejía Jara, de 48 años, propietario del inmueble, se mostró consternado por el ataque. En su declaración a la Policía Nacional del Perú (PNP), Mejía aseguró desconocer quiénes podrían ser los autores del atentado y afirmó que ni él ni su hijo Edgar Medina Murrugarra, de 26 años, quien trabaja en el taller como soldador, habían recibido amenazas o llamadas extorsivas previas al incidente.
Sin embargo, después de la explosión, Mejía recibió un mensaje amenazante en su teléfono, en el que los delincuentes le exigían el pago de 50,000 soles a cambio de "dejarlo tranquilo" y no atacarlo nuevamente. El mensaje concluyó con la advertencia: "si no, plomo", dejando claro que la amenaza de violencia seguía latente.
Fuente: Causa Justa.
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